¿Mi hijo no me hace caso? o ¿Mi hijo no me hace caso inmediatamente?
- Daniela
- 27 feb 2016
- 2 Min. de lectura

La mayoría de los padres tenemos la agenda a pleno y casi siempre estamos apurados, cosa que muchas veces nos genera un alto grado de estrés...y no actuamos como lo haríamos si estuviéramos más relajados. Y normalmente en esos casos queremos que las cosas se hagan como nosotros queremos y YA MISMO! No te ha pasado de estar apurado porque tenés que ir a trabajar y zas!! justo tu peque se levantó con el día torcido!!...ufff...la cosa se empieza a complicar y por querer resolver todo inmediatamente, termina todo en un caos de gritos y llantos??.
Pero ENCARANDO de esa manera no encontramos una solución, sino todo lo contrario!.
O quizás encontremos una solución de momento, por el grito que le pegamos...pero es más que probable que el próximo día haga lo mismo! Entender que los niños no harán o dejarán inmediatamente de hacer algo, que a nosotros no nos parece bien, o no nos guste, o porque tengamos apuro o porque simplemente no nos parezca correcto.
Tomar registro de esto, nos RELAJARA y nos permitirá hablar mucho más tranquilos, si de verdad queremos lograr lo que nos proponemos...
Si hablamos calmados, ellos imitarán.
Si lo que hacemos es hablarle mal o gritarle es altamente probable, que él responda de la misma manera. Lo que al final acaba convirtiéndose en un círculo en el que una y otra vez se repite la misma situación. Vos gritas, él grita, se enojan y encima llegás tarde al trabajo y le agregás el sentirte horrible por haber discutido con tu hijo... Una estrategia muy efectiva para estas ocasiones es de manera amable y firme "pedir su ayuda", "darle opciones". y "darle las gracias por hacerlo". Seguramente, al día siguiente vuelva a pasar lo mismo, porque esto no es una ciencia exacta, pero lo que sí es seguro también, es que irá aprendiendo.
Aprende que es importante, porque su mamá o su papá le están dando a elegir.
Aprende que estando calmados el final es mejor que si nos hablamos a gritos
Aprende sin obedecer con órdenes sintiéndose igual a vos y no inferior. Estas cosas se hacen con el tiempo, la práctica y las ganas de querer cambiar. Los niños necesitan un tiempo de aprendizaje igual que nosotros. Están creciendo. No pueden reaccionar como lo haría un adulto. No pueden, porque no saben. Porque todavía les queda mucho por aprender y mucho por crecer. Pero mientras ellos aprenden podemos jugar con ellos, reír con ellos, escucharlos, ver las cosas a través de sus ojos, darles la oportunidad de que se equivoquen y puedan corregir, abrazarlos, hacerlos sentir importantes, acompañarlos cuando lo necesiten, apoyarlos, comprenderlos y respetarlos.
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