Pedir sin exigir...
- Admin

- 10 jun 2016
- 1 Min. de lectura

Muchas veces nuestros hijos necesitan y sienten cosas que no saben cómo comunicarlas. Incluso, a veces, no saben ni lo que quieren. En esos momentos, cuando están desbordados o sencillamente cuando piensan de manera egocéntrica, sus pedidos o deseos se convierten en quejas o en exigencias. Son formuladas con agresividad, incoherencia o tonos desafiantes. Por eso, cuando tu hijo te pida algo de manera incorrecta, hacelo reflexionar sobre su manera de verbalizarlo.
Podés decirle por ejemplo: “Entiendo lo que me pedís, pero no es una manera correcta pedírmelo así", o "No puedo tenerlo en cuenta hasta que me lo pidas de forma respetuosa y clara". "Vos sabes cómo pedirme las cosas mejor... ¿Podés intentarlo de nuevo?“.
Por supuesto que ellos deberían saber previamente lo que considerás “correcto o respetuoso y claro” para que sepan a qué atenerse.










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