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Sé que no hay que comparar, pero…


…solía hacerlo.

Les voy a contar algo.

No sé si será una tendencia natural o si es algo que solo me pasó a mí, pero me parece bueno compartirlo.

Cuando ‘recién me gradué’ de madre, con mi primer hija, en cada shopping, plaza o lugar donde iba, me detenía para observar con atención a distintas mamás y papás en plena ‘acción’ con sus hijos.

No tenía mucho tiempo para ‘mí’, así que de alguna manera tenía que seguir aprendiendo.

La realidad es que iba tratando de buscar ejemplos de cómo solucionar problemas o, mejor aún, cómo podría resolver situaciones similares cuando se me presentaran…

(bueno, era mi manera ‘creativa’ de hacer algo más mientras estaban en el arenero!)

Al cabo de unos años, detecté 3 maneras de encarar una misma situación:

Y fui un poco más lejos: no solo observaba esas distintas maneras, sino que, como sabía que de un momento a otro las conversaciones no tardarían en aparecer, me preparaba para prestar atención…

Así, no solo observaba, sino que también escuchaba sus comentarios.

Ahí mismo, y para mis adentros, conectaba la manera de actuar que había visto en esa madre, en esa situación, con su manera de pensar y…. BINGO!, congruencia total: “lo que hacen con sus hijos responde a su modelo mental - pensé”

Esa conexión me sigue sirviendo.

Por ejemplo, imagina una situación de “llanto caprichoso” de un chiquito porque, obviamente, no se quiere ir del arenero…

Te las resumiré (ya que ví múltiples combinaciones de todo esto), aunque recuerda que estas son las 3 maneras más ‘puras’ de pensamiento > acción:

Manera de pensar 1 > “Lo que quiere hacer es ‘manipularme’ así que, “lo dejo que llore, para que se dé cuenta de que con eso, a mí, no me va a ganar”

Manera de pensar 2 > “Lo que está haciendo es un ‘acting’, lo cual es su manera de chantajearme, ya me tomó el tiempo”, así que, “le digo que le compraré algo, con lo cual deja de llorar automáticamente y, luego, cuando salimos voy directo al auto y listo, muchas veces se termina olvidando”

Y lo que es más importante: ¿sabes que descubrí también, como denominador común en la gran mayoría de esas madres y padres?

“que la elección personal de actuar de uno u otro modo no tenía tanto que ver con una búsqueda de la “MEJOR MANERA, LA MANERA MÁS CORRECTA, la MÁS EFECTIVA o la que MEJOR HICIERA CRECER integralmente A MI HIJ@” sino… en un impulso situacional, espontáneo, emocional que buscaba “cancelar el problema, abortar el comportamiento disfuncional del niñ@, evitarse el fastidio de la presión social y/o que al niño le quede bien claro que eso no se hacía más”

Pero también ví esta otra manera:

Manera de pensar 3 > “Lo que está haciendo es ‘tratando de decirme algo’, así que, me guío por lo que yo necesito, tengo o quiero hacer en ese momento, pero poniendo el foco en lo que quiero que mi hijo aprenda y sienta en esa situación, l@ escucho, nos conectamos para comprender si hay algo que se podría modificar en la agenda, busco un acuerdo conjunto y seguimos adelante”

Eso es liderar tu familia.

Eso es, liderarte a vos mism@.

Eso es, en resumen, liderar como padre, desde un estado fundamental de liderazgo.

Esta será la PRIMERA SEÑAL sobre la que trabajaremos, en nuestro DESAFÍO DE LAS 10 SEÑALES, en este Programa de Crianza con Equilibrio Emocional.

Nos vemos pronto,

Daniela


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